El Judo no es tan sólo un deporte de lucha.
No lo usamos para luchar, no enseñamos a pelear. El judo es un deporte que engloba una serie de ejercicios físicos y psicomotrices que, permite una igualdad de sexos a la vez que, permite un amplio abanico de edades (de 4 años en adelante normalmente). Enseña a mantener el equilibrio, a desplazar hacia delante, atrás y diagonales, solos o con compañeros, a rodar, caer, evitar lesiones al caer, pretende inculcar a los más pequeños una disciplina que no va más allá del respeto hacia los compañeros, el material, el profesor (sensei) y los ayuda a crear un vínculo y a desarrollar la capacidad de sociabilización.
No todo es agarrar e intentar tumbar al compañero, a menudo las clases son juegos que, disfrazan el mismo fin que este deporte. Jugar a pilla-pilla y el alumno que ''la pica'' debe hacer una técnica y caer al que intenta pillar, juegos psicomotrices en los que hacer que los pequeños aprendan a equilibrarse, a trabajar los reflejos, preparar a los mayores para posibles ataques en los que tengan que tener una rápida reacción. No todo el beneficio es para los niños, en los jóvenes y en los adultos también afecta positivamente a una serie de capacidades. Algunos usan el tatami como forma de evasión, sacar todo el estrés del día. Otros prefieren dedicarse a la competición, es el mismo trabajo pero quizás añadiendo algunos ejercicios adaptados o específicos a lo que esa persona necesite para poder hacer un trabajo completo. Otras personas prefieren el judo técnico, buscar técnicas y movimientos nuevos, trabajarlos a diario, aprender formas de escape, combinaciones... para después o compartirlos o guardárselos para la competición.
Los que buscan en el judo la defensa ante agresiones:
Jigoro Kano, fundador de este deporte y único sensei de Judo, aunó varias artes marciales de las cuales nació el Judo, buscando siempre movimientos de desequilibrio, aprovechando la fuerza que proyecta el compañero. Una forma rápida de explicar esto sería, un arte marcial que no necesite de fuerza bruta para poder defenderse, si el compañero o enemigo empuja yo tiro de él y si éste tira de mi yo empujaré. Este arte marcial intenta inculcarle a los más pequeños la no necesidad de atacar, siempre buscar una mejor opción y darle esa confianza que necesita para afrontar distintas situaciones.
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